10 razones para amar Canadá (e ir allí este año)
A todo el mundo le encanta Canadá. Puede que sea su naturaleza espectacular o sus ciudades acogedoras, como Toronto y Vancouver, o puede que sea por la humildad, el sentido del humor y la generosidad de sus habitantes. Los lugareños, además de ser una gente con la que es fácil llevarse bien, tienen una capacidad asombrosa para convertir una frase en una pregunta, así que es muy sencillo entablar una conversación con ellos.
Estas son nuestras 10 razones (+1) para amar Canadá e irse allí este año (o cualquier otro).
1. El sirope de arce: lo ponen encima de todo
El sirope de arce es uno de los fenómenos de la naturaleza más gloriosos y deliciosos. Todas las primaveras, los canadienses participan en una tradición que se llama «tapping», que consiste en seleccionar arces y equiparlos con unos pequeños tubos (taps) insertados en sus troncos. A medida que los árboles se deshielan cuando pasa el frío invierno canadiense, la savia sube y sale por los tubos, cayendo en cubos que están colgados de los árboles. Después cocinan la savia, reduciéndola hasta formar el dulce sirope de arce con sabor a nueces que conocemos y adoramos. Para hacer un litro de sirope puro de arce, hacen falta aproximadamente 40 litros de savia. Eso es un montón de savia de arce, y es la razón principal por la que los canadienses tratan a este dulce néctar con tanto cariño. Se lo echan a los gofres, beicon, chuletas, pollo, huevos, ensaladas y prácticamente a cualquier cosa que les pongan por delante.
2. Poutine: una institución nacional
Es difícil caminar por cualquier calle en Montreal sin ver a alguien comiendo un plato de poutine. Este plato calórico y obstructor de arterias se compone de patatas fritas cubiertas con queso en grano y bañadas con salsa de carne. El poutine no solo es delicioso, también es una institución nacional que se puede encontrar en cualquier lugar, ya sea una sala de cine o un buen restaurante. ¿Quieres sonar como los lugareños? Cuando lo pidas, recuerda pronunciarlo «poo-tin», no «poo-teen».
3. Maravillas naturales: a la vuelta de cada esquina
Como el segundo país más grande del mundo, Canadá ha destinado una cantidad significativa de sus tierras a la conservación. Con más de 40 parques nacionales y reservas de parques nacionales, que abarcan 300 000 kilómetros cuadrados, allí hay más lagos, ríos, montañas, bosques, glaciares y costas de los que nunca podrás explorar.
4. Actividades al aire libre: el paraíso para los fanáticos de la naturaleza
Las actividades deportivas al aire libre, como el esquí, el senderismo, el ciclismo y la escalada, son parte integral de la identidad canadiense. Encabezando la lista de la BBC de las grandes ciudades para las aventuras al aire libre, está Vancouver, British Columbia. A solo 115 kilómetros de la estación de esquí de primera categoría de Whistler-Blackcomb, a un corto viaje en coche de la espectacular escalada en roca en Squamish y cubierta por una red de rutas de ciclismo de montaña, Vancouver es uno de los mejores lugares del mundo para disfrutar de la naturaleza y pasárselo en grande.
5. Diversidad: está en el ADN
Al pensar en los canadienses, mucha gente se imagina a un leñador (caucásico) talando árboles en el bosque. Nada más lejos de la realidad. Canadá es uno de los 20 países más diversos del mundo, muy por delante de los Estados Unidos y del Reino Unido. Un estudio reciente mostró que una quinta parte de la población de Canadá nació en otros lugares, la proporción más alta entre los países del G8. Además, con dos idiomas nacionales, el inglés y el francés, y un alto porcentaje de residentes nacidos en el extranjero, la tasa de bilingüismo en Canadá es del 17,5 por ciento. En Toronto —ciudad recientemente declarada la ciudad más diversa del mundo por BBC Radio— se hablan más de 140 idiomas y casi el 51 por ciento de la población nació fuera de Canadá.
6. Amabilidad: está en el agua
Si te pones con un mapa abierto en cualquier esquina de cualquier ciudad canadiense, puedes dar por seguro que alguien te ofrecerá su ayuda. Los canadienses son así de amables. Si bien no hay evidencia empírica sobre la amabilidad canadiense, los estudios han encontrado que los canadienses suelen utilizar palabras evasivas, como «podría ser» o «no está mal» para reducir la tensión al discutir temas controvertidos o potencialmente ofensivos. Ah, ¿he mencionado que no tocan el claxon cuando conducen y que se disculpan hasta la saciedad por la más leve transgresión? Puede que sea el agua (que está buenísima directamente del grifo)… o puede que los canadienses sean simplemente así de amables.
7. Hockey: nacidos y criados
Es un poco extraño que esta gente conocida por su amabilidad esté tan obsesionada por un deporte tan brutal como el hockey. Aunque, puede que tenga todo el sentido del mundo… la rabia tiene que salir por algún lado, ¿no? Para los canadienses, el hockey es una pasión nacional que eclipsa a cualquier otra faceta de la vida. Es el alma de cada pequeña comunidad y la razón para los grandes y pequeños encuentros. Los niños crecen con patines en los pies y sticks en las manos. Incluso en el billete de cinco dólares canadienses hay una imagen con una escena de hockey. Ah, y el equipo canadiense nacional masculino de hockey es legendario, así como el femenino: los hombres han ganado nueve medallas olímpicas en total —el equipo con más medallas del mundo—, y las mujeres han dominado los últimos cuatro Juegos Olímpicos, ganando el oro en cada uno de ellos.
8. Trailer Park Boys: la primera exportación de Canadá
Aunque Canadá es el mayor exportador del mundo de sirope de arce, su segunda exportación más importante (en mi humilde opinión) es la popular serie de televisión Trailer Park Boys. Con un humor crudo, grosero y políticamente incorrecto, este falso documental, que empezó en el 2001, sigue las aventuras de un grupo de residentes de un parque de caravanas que siempre están a la búsqueda de métodos para conseguir dinero. Si la ves, disfrutarás de una perspectiva graciosísima sobre la vida en Canadá (no representativa de toda la población, por supuesto).
9. Pizza hawaiana: la única cosa polémica de Canadá
¿Debería llevar fruta la pizza? Pregunta esto en cualquier lugar y las posturas estarán fuertemente divididas entre el «sí» y el «no». No hay término medio cuando se trata de la fruta en la pizza o, más concretamente, de eso que va en la llamada pizza Hawaiana: la piña. El debate entró no hace mucho en la escena política cuando el presidente de Islandia, Guðni Th. Jóhannesson, pidió la prohibición de la piña como ingrediente de la pizza. ¿Y cómo empezó todo este asunto? Por desgracia para los hawaianos, el crédito por usar la piña como ingrediente en la pizza pertenece a Sam Panopoulos, un inmigrante griego de Canadá, que creó en 1962 una pizza con salsa de tomate, beicon canadiense, piña y queso mozzarella. El resto es ya (polémica) historia.
10. Bunny hug: la cosa más adorable de Canadá
La última cosa sobre Canadá, y puede que la más adorable, es de la provincia norteña de Saskatchewan. Allí, a las sudaderas con capucha las llaman «bunny hug» (abrazo de conejo). ¡¿En serio?! ¿No es totalmente adorable?
¿No es un motivo más para ir este año? Además, es el 150 aniversario de Canadá y el país estará en un estado de ánimo más festivo de lo habitual. No habrá mejor momento para ir.